Características particulares y complementariedad de dos modalidades de telemedicina que crecieron en el último año. Las nuevas posibilidades que plantea la teleducación.
En pocos meses, la telemedicina pasó de ser una posibilidad excepcional a una necesidad esencial para dar continuidad al vínculo entre las personas (sanas o que cursan alguna enfermedad o tratamiento) y el sistema de salud. Los formatos ya no sólo habilitan las consultas sino que también extienden el contacto con el profesional hacia una presencialidad nueva y efectiva, facilitada por los dispositivos digitales.
En ese universo de nuevas cercanías, existen diferentes posibilidades capaces de resolver numerosas necesidades.
“Desde el punto de vista tecnológico, la teleconsulta sincrónica hace referencia a la forma de comunicación que sucede en tiempo real y en la que participan e interactúan personas ubicadas en diferentes lugares. Así entonces, por oposición, en la teleconsulta asincrónica los participantes no interactúan en tiempo real, sino que la comunicación se realiza de manera diferida, mediante el envío de información”, describen desde el Ministerio de Salud de la Nación.
¿Qué se necesita para realizar una teleconsulta?
Para establecer una teleconsulta sincrónica (en tiempo real) por videoconferencia es necesario que la persona cuente con una conexión a Internet, un dispositivo adecuado con capacidades de audio y video, y dispositivos de transmisión. Puede ser computadora, notebook, tablet o celular. Una vez equipados, sólo se requiere que la conexión sea estable y rápida, y que el contexto facilite la atención y la escucha entre el profesional y el consultante. Para la teleconsulta asincrónica, en cambio, sólo se requerirá el uso de una plataforma que permita el envío y recepción de información. Una casilla de correo electrónico o la posibilidad de enviar un mensaje que luego será escuchado o leído por el profesional. También la telemedicina encuentra un territorio fértil en la educación virtual. La teleducación consiste en un formato innovador para la formación y educación continua tanto de los equipos de salud como de la comunidad en general a través de las TIC (tecnologías de información y comunicación). De la misma manera que la teleconsulta, para la teleducación puede utilizarse tecnologías asincrónicas (plataformas y campus virtual) o sincrónicas (conferencias web).