En los últimos días, el senador Esteban Bullrich, diagnosticado con ELA, fue sometido a una cirugía para aplicarle un botón gástrico. Para qué sirve y cómo puede mejorar su calidad de vida.
«Estoy bien de ánimo, me hicieron cirugía para poner un gastrostoma», le contó al diario Perfil Esteban Bullrich la semana pasada, cuando en las redes sociales se preguntaban por qué había faltado sin aviso a una sesión del Congreso. El senador, que este año fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (también llamada ELA), continúa con sus actividades profesionales y con cada etapa del tratamiento de su enfermedad.
Qué es. La gastrostomía endoscópica percutánea (GEP) consiste en la colocación, mediante endoscopia, de una sonda o tubo en el estómago a través de la pared abdominal. La cirugía es mínimamente invasiva, de bajo costo y, una vez realizada, la persona puede recibir el alta en tan solo 24 horas.
Para qué sirve. Este mecanismo hace posible que el paciente se alimente, se hidrate y reciba medicación. También permite mayor confort y movilidad, lo que genera una sustancial mejora en su calidad de vida.
Para quiénes es útil. Se indica en cualquier situación que un paciente requiera alimentación enteral por más de 3 meses. Por esta vía, el paciente puede recibir la totalidad de sus requerimientos nutricionales o puede complementarlos. Es utilizado en personas con trastornos neurológicos como la ELA, Parkinson, en los casos de accidente cerebrovascular (ACV) y traumatismos de cráneo, entre otras patologías. También se indica en situaciones agudas, donde el paciente no podrá alimentarse de manera habitual por un período de tiempo prolongado pero con posibilidad de rehabilitar la función deglutoria.
Cómo funciona. Si al paciente se le coloca un botón gástrico, éste es casi imperceptible, ya que queda al ras de la piel. Al momento de la alimentación, hidratación o la administración de medicación, se le coloca una sonda y luego se conecta al sistema de alimentación. Una vez terminado el procedimiento (alimentación, hidratación o medicación), se retira la sonda, se limpia el acceso, se cierra y la persona continúa con su vida normal.
Cuánto dura. Puede ser colocado de forma permanente o temporaria, según el caso y el curso de cada enfermedad. En general, este tipo de acceso puede durar más de un año antes de que se requiera su reemplazo y, para hacerlo, el médico no necesita realizar una nueva intervención endoscópica o quirúrgica. El proceso se simplifica una vez que se cumplió con la cirugía la primera vez.
Asesoró: Lic. Silvia Jereb.
Fuentes periodísticas consultadas: Perfil y La Nación.