El núcleo central de la intervención del nutricionista en cuidados paliativos domiciliarios lo constituye el paciente que transita una enfermedad amenazante para la vida y su entorno significativo. La familia acompaña este complejo proceso de enfermar en domicilio y a su vez ejerce, entre otras tareas, la función de cuidar.
El nutricionista paliativista coordina y planifica las intervenciones con todo el equipo interdisciplinario, contemplando las distintas necesidades y recursos acordes a cada unidad de tratamiento.
La atención paliativa se centra en diferentes pilares en relación a los pacientes y sus familias:
- Sus principios
- Sus deseos
- Sus valores
- Sus preferencias
La importancia de la integración de los nutricionistas en los equipos interdisciplinarios de cuidados paliativos domiciliarios comenzó a ser valorizada en los últimos años, debido al creciente aumento en la demanda, por parte de los pacientes y sus familias, en recibir asesoramiento nutricional especializado.
El deterioro del estado nutricional es una complicación frecuente vinculada a la evolución de la propia enfermedad. El no poder comer, o hacerlo de una manera diferente, podría inducir a percibir la enfermedad de una manera más intensa, a creer que ésta empeora o que simplemente no hay mejoría. Además, provoca una gran ansiedad en el paciente y en sus familiares, ya que muchas veces estos últimos asocian el rechazo del alimento por parte del paciente con la falta de colaboración por mejorar. Esta situación suele generar un ambiente de angustia, sensación de culpa y frustración para ambas partes, impactando negativamente en la calidad de vida del paciente. Las cuestiones vinculadas a la alimentación y los cambios en la imagen corporal, denominado “distress alimentario”, son una fuente de preocupación y sufrimiento para los pacientes y sus familias.
El nutricionista acompañará a las familias desde diferentes perspectivas:
- Proporcionando asesoramiento idóneo en relación a la adecuación de la alimentación en cada etapa
- Explicando cómo puede verse afectada conforme evoluciona la enfermedad y según los síntomas que el paciente presente.
- La orientación anticipada permite reducir angustias e incertidumbre y otorgar a la familia herramientas para afrontar la progresión de la enfermedad, fortaleciendo sus capacidades y confianza para impulsar cambios positivos dentro de la realidad que el paciente vive.
La visita del profesional en el domicilio del paciente será fundamental para reforzar la educación alimentaria nutricional brindada a la familia mediante la evaluación de la ingesta, la observación de las preparaciones, la resolución de las dudas que puedan surgir en el proceso de elaboración de las comidas. Tendrá como objetivo principal el recuperar la satisfacción que brindan los alimentos a la persona, sin olvidar la importancia de ayudar tanto al paciente como a su familia a lograr una adaptación al proceso de la enfermedad.
Por último el nutricionista cumplirá un rol fundamental en el abordaje de la toma de decisiones anticipadas de manera temprana, lo que limitará la puesta en marcha de esfuerzos tecnológicos y terapéuticos fútiles. La nutrición e hidratación artificial, deberán ser evaluadas con cada paciente en particular respetando su autonomía y utilizando como guía los principios de la bioética y la evidencia científica existente hasta el momento. De todas formas, es relevante mencionar que cada unidad de tratamiento será abordada de manera individual contemplando sus necesidades, deseos y el contexto en el cual se encuentra inmersa.
Lic. Agustina Senese
MN 6634